Perfume natural VS sintético
¿Sabías que las fragancias utilizadas en los cosméticos pueden contener hasta 300 ingredientes diferentes que no son declarados en la lista de ingredientes?
Esto se debe a que las fragancias, ya sean sintéticas o naturales, son consideradas secretos comerciales.
¿Existen diferencias entre las fragancias sintéticas y las fragancias naturales?
Las fragancias artificiales contienen ingredientes de origen sintético, que se obtienen a partir de diferentes derivados del petróleo.
Además incorporan agentes fijadores como ftalatos o almizcles, cuya función es ayudar a que estas fragancias sean mucho más intensas y duren más tiempo.
Por otro lado, las fragancias naturales se obtienen a partir de ingredientes aromáticos naturales, como los aceites esenciales o determinados extractos y concentrados vegetales.
Estas sustancias las producen las plantas de forma natural, lo que significa que son biodegradables y no contaminantes.
¿Cómo afectan las fragancias sintéticas a nuestra salud?
Muchas de las fragancias sintéticas favorecen la aparición de problemas de salud como el asma, alergias, mareos o migrañas.
Estos compuestos pueden entrar en nuestro cuerpo a través de la inhalación o por absorción a través de la piel y pueden llegar a acumularse en el tejido graso de nuestro cuerpo, e incluso, estar presentes en la leche materna.
También existen preocupaciones ambientales, ya que las fragancias son compuestos volátiles que se suman a la contaminación del aire interior y exterior.
En concreto, los ftalatos son considerados disruptores endocrinos, ya que tienen la capacidad de influir sobre nuestras hormonas y se creen que puedan afectar a nuestro sistema reproductor e influir en la fertilidad.
Además, están relacionados con la aparición del alergias, enfermedades tiroideas, obesidad e incluso cáncer.
Alrededor del 80% de los cosméticos contienen almizcles sintéticos. Estos son conocidos por su toxicidad reproductiva y peligro de bioacumulación.
Debido a su actividad como disruptores endocrinos los almizcles sintéticos también presentan riesgos a nivel medioambiental, pudiendo producir alteraciones hormonales en animales marinos y terrestres.
¿Cómo podemos identificar estas sustancias?
Una de las dificultades para identificar estas sustancias en los cosméticos que compramos es que forman parte del perfume, por lo queno tienen la obligación de ser especificados en la lista de ingredientes.
La única forma de asegurarnos que nuestros cosméticos no los contienen es comprobar que la composición del perfume es 100% de origen natural.
Las fragancias naturales son composiciones complejas de aceites esenciales, extractos y concentrados vegetales, que se caracterizan por ser más ecológicas, sostenibles, seguras e incluso terapéuticas.
En Planthia siempre usamos perfumes de origen natural, que incorporan aceites esenciales y otros ingredientes naturales.
Elegimos usar siempre perfumes de origen natural porque, además de interesarnos por la sensación agradable que producen, también queremos evitar que nuestras fragancias tengan consecuencias negativas para la salud y el medio ambiente.
Los aceites esenciales que utilizamos tienen propiedades que ayudan a mantener la piel tonificada, sana y radiante.
También ayudan a nuestro bienestar emocional, tal y como te contamos en el blog sobre aromaterapia de hace unas semanas:
Los aceites esenciales interactúan con nuestro cerebro límbico y son capaces de intervenir en nuestras emociones, facilitando la relajación y mejorando el estado de ánimo o la capacidad de concentración.
Bibliografía
Fragancia: preocupaciones emergentes sobre la salud y el medio ambiente
La evaluación de seguridad de los materiales de fragancia
Caracterización toxicológica del ácido ftálico
Ocurrencia de fragancias de almizcle sintético en ambientes afectados por efluentes y no efluentes
Aceites esenciales como fuentes naturales de compuestos aromáticos para cosméticos y cosmecéuticos
Distribución ambiental de productos de cuidado personal y sus efectos en la salud humana
Un paso adelante sobre la sostenibilidad en la industria cosmética: una revisión
